Un corto pasillo daba acceso a tres diferentes puertas. Encontró su clÃtoris con la yema del pulgar y hundió dos dedos en su abertura, pellizcando con suavidad las paredes vaginales. Apoyó la mano en la escotilla trasera del deportivo y tomó aire. Se reclinó en la silla y lentamente apartó sus manos de él. Otro de los hombres lo agarró del brazo, inmovilizándolo. El corazón de Ella se aceleró en su pecho al volverse a mirarlo. Era hora de decir adiós y pasar página. Me alegra que hayas acudido a mÃ. Como de costumbre, habÃa extendido una toalla vieja y habÃa colocado con mucho cuidado las piezas encima para poder limpiarlas de una en una y comprobar los daños y el desgaste. -Hay un montón de sillas- dijo con voz suave. No tengo ningún motivo para estar celosa. CapÃtulo Doce A Nika le resultó casi imposible volver al trabajo tras su pequeña discusión con Maksim. -¿Vienes?- preguntó, enfadada. Todo lo que importa es que la preciosa Katrina se ha enamorado del idiota de Ivan y quieren vivir felices y comer perdices. Mi dormitorio está justo al lado. Cuando llegara el momento, recordarÃa exactamente quién trabajaba para los Tretiak. -Tu casa es enorme.- Al entrar en el vestÃbulo, se quedó boquiabierta. Ella trató de no mostrar su sorpresa. -Cariño, eso es maravilloso. Mark Chancellor era senador, Jeffrey Granger, el comisario de la policÃa local, y Charles Taffey, un alto magistrado del tribunal municipal. Sonriendo de forma cruel, él dio una sacudida contra su cuerpo. Encogiéndose de hombros, ella siguió comiendo. El guarda intentó acosarte, y lo hizo a sabiendas de que estabas bajo la protección de Eirk. -Excelente. Ocultó el rostro en la almohada, tratando de controlar sus emociones. En cierto modo, seguÃa siendo un héroe, pero no iba a ser el hombre de su final feliz. â¿Qué pasa con mis cosas?â Maksim sintió un placer perverso en aquel momento. El comisario no parecÃa muy convencido. ¿Alguien no sobornado por los Tretiak? O quizás, todas a la vez. -Erik Chesnovak es un hombre muy poderoso. ¿De verdad era tan estúpida que no se habÃa dado cuenta antes? ¿Aparte de los cinco años que has estado viniendo a la tienda de mi padre a meternos miedo? Como Maksim no habÃa echado cuenta a su sugerencia de volver a la hamburgueserÃa a por comida, supuso que debÃa tener otro plan en mente. Su cuerpo dio unas sacudidas a medida que se acercaba al orgasmo y, sin previo aviso, Ella se apartó. â¿Qué demonios haces?â âEnseñarte una lección de modales.â Se volvió hacia la puerta principal. SabÃa que Denis era perfectamente capaz de evitar preguntas de la policÃa. Mirándola fijamente, Erik se metió la mano en el bolsillo y sacó un trozo de papel. La habitación estaba a oscuras, iluminada sólo por la luz de las antorchas que parpadeaban fuera. -¿Qué ves? Les invité a una reunión de tres horas y sólo han pasado veinte minutos. Nada. Sólo quiero lo mejor para mi hija. Ãl la levantó ligeramente de la cama y le quitó la camiseta. -Pero no sé cómo ser diferente. Katrina se lanzó hacia él y se abrazaron como si no se hubieran visto en siglos. -¿Buenas noticias?- repitió, débilmente. Tal vez era resultado de haber caÃdo en la tentación y haberse acostado con Nika. Y ¿esos drogadictos que se merecen lo que les pase? ¿Veinte? Cuando todo acabase, tendrÃa que deshacerse de ella. -Vengo de una familia violenta. Al parecer, habÃa terminado sus ejercicios de remo. HabÃa llegado el momento de hacer la llamada que habÃa estado temiendo durante los últimos dÃas. Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud. âEstoy lista para partir. Los cortos rizos rubios que protegÃan su sexo estaban húmedos por su flujo. -TenÃa un plan para mi vida y no incluÃa a ninguno de vosotros. HabÃa fantaseado con acurrucarse bajo las sábanas a su lado mientras reÃan y bromeaban. El horario de visitas se habÃa acabado, pero no tenÃa que estar necesariamente en la habitación de su madre. Cómo se debe hacer: Estos ejercicios se pueden hacer todos los días para aumentar la fuerza y la resistencia muscular, evitando que el dolor vuelva a aparecer, incluso en caso de artritis y de hernias discales en la región del cuello. Atrapada por un completo desconocido. Lo primero que se comprueba es el grupo sanguÃneo. SentÃa lo mismo. El músculo de su vagina se tensó y se echó sobre él hasta que no pudo casi moverse. Si salÃa ante los policÃas, Nika no perderÃa un segundo en ir tras él para meterse en problemas. -Perdona. -He rechazado la oferta de Yashin. Todo apuntaba a que Leonid habÃa dejado entrar a su asesino, pero él nunca harÃa nada que traicionara a Erik. La condujo a la cocina americana. Primero, habÃan llevado a su madre a la sala de urgencias del primer piso. WebDescubre en TikTok los videos cortos relacionados con como sacar conejos del espalda. âEste salón es uno de mis lugares favoritos para leer.â Katrina recorrió con los dedos la espalda del sofá blanco de piel. Espero que tu amigo esté bien. Matvei, tengo unos nombres que necesito que localices. â¿De dónde has sacado todo eso?â preguntó, confusa ante la mágica aparición de ingredientes frescos. -¿Estás sola? -Erica es la colegiala desesperada por sacar un 10. ¿En serio? ¿Quién era aquel hombre? Era un hombre de unos 50 años que todavÃa estaba en forma saludable. Se podrÃa quedar atascado y tendrÃa que venir una grúa a sacarlo del agujero. ¿Tienen que estar rectas o en ángulo? SabÃa que el piloto volverÃa en dos horas, pero por ahora, estaba de vacaciones. ¿Siempre has vivido aquÃ? Voy a ver qué hay en la cocina para cenar. -No creÃas que iba a contratarte sin verificar tus antecedentes, ¿verdad?- dijo, con una sonrisa burlona. Están haciendo algo con sus móviles ahà enfrente, pero uno de ellos tenÃa la mano en la puerta hace un minuto.â âY, ¿qué haces todavÃa aquÃ?â exclamó Maksim enfadado. -Aquà tienes un tercio del dinero que te prometÃ- dijo, entregándoselo. -Ya hablaremos de eso más tarde. Habla con todos mis hombres. -Mi jefe es un poco frustrante. Abrió las esposas con la llave. -No me importa. Moviéndose inquieta, lo miró sorprendida. No he terminado contigo, déjate ir. Consulta el email de confirmación que te enviamos. Es posible que se llevaran como el perro y el gato, pero serÃa tan divertido que ni siquiera le importaba. TendrÃa que estar muerta para que no fuera asÃ. Sólo deseo carnal. -¿Cuándo fue tu última relación? Al contrario, ha sucedido algo extraordinario. Si sospecho que no están cumpliendo las normas, les destruiré. Maksim contempló la belleza de su mujer y se maravilló de que hubiera aceptado tan fácilmente pertenecerle. -¿Buenas noticia? Con sólo tocarla con sus manos manchadas de sangre, la mancillarÃa. ConfÃo en que sólo tengas los mejores licores. -Cuando acabes con el bar, no necesitaré de tus servicios. Y ve a ponerte los zapatos, porque no sé tú, pero yo necesito salir de aquà un rato.â *** Nika contempló con ojos como platos el interior del gimnasio. Su ruso no era muy bueno y le dolÃa tanto la cabeza que sentÃa ganas de vomitar. Erik la soltó y Ella asintió con la cabeza. -Lo haré. âMe gustarÃa tener un nieto un dÃa de estos.â ¡Puaj! TenÃa las manos atadas, por lo que no podÃa hacer nada para defenderse. -Productivo, pero estoy harto de escuchar la misma maldita canción una y otra vez. La acarició, disfrutando al ver su respuesta. Pero se encontraba demasiado cansada para elucubrarlo. Eddison era el médico de su madre, pero el puesto estaba vacÃo. -Erik. Voy a follarte y a hacerte mÃa. Finalmente, Yashin relajó los hombros y sonrió. La suavidad de tu piel. Incluso entonces, mirándose en el espejo, no podÃa evitar imaginar que estaba detrás de ella. #23. Davis, es hora del baño y de tomar la medicina. Nika se dejó caer contra la barandilla, sin fuerzas. ¿Qué le diferencia de ellas? Aunque hubieras perdido la beca, podrÃas haber obtenido un préstamo. Como no habÃa sucedido asÃ, Maksim sabÃa que Nika tenÃa dudas. Que serán compensados por las horas perdidas.- Echó un vistazo a los monitores que habÃa en las paredes y frunció el ceño. -¿Por qué haces esto? A los hombres malvados no les atormentaban sus acciones y Maksim Petrov no era uno de ellos. âNena, creo que podrÃas hacer lo que quisieras sin problemas.â Le acarició el cuello con la nariz, dándole un beso. Le colocó un mechón suelto detrás de la oreja y presionó sus labios contra su cuello. En un instante, Erik estaba encima de ella, tras apartar flores y cajas de su camino. âY llegados a este punto, dependes de mÃ.â Abrió la boca para decirle lo que pensaba, pero él se alejó. Soy yo- gruñó él. Era como si todos sus músculos hubieran cedido. âDe acuerdo, pero ¿no quieres venir a escoger un dormitorio?â âNo vamos a quedarnos a pasar la noche.â Nika metió los pies en la arena y se sentó. -Pagaré extra por servicios prioritarios. -Claro.- Ella salió del comedor. -¿Chesnovak? Mi inglés no es muy bueno. Si fuera inteligente, las hubiera disfrutado. -No soy la clase de mujer que se va a vivir con un hombre al que apenas conoce. -Los guardas han desaparecido. -Ella. El aroma ligero y femenino le hacÃa la boca agua. Se acercó a ella, la levantó y se la echó al hombro como un saco de patatas. Ni siquiera se habÃa dado cuenta de que se le habÃan endurecido un poco tras usar la máquina de remo. Lentamente, se acercó a ella. Cuando alguien ocupe su lugar, será un desconocido. CapÃtulo Dieciocho El pánico se apoderó de Erik cuando se despertó. Erik conocÃa la reputación de Yashin con las mujeres. ¿Es eso alguien con el que quisieras tener una relación? Apretando la mandÃbula, Erik luchó por controlar su temperamento. Incapaz de hacer nada aparte de sonreÃr, no sentÃa el menor remordimiento. HabÃa lujuria en sus ojos, y podrÃa haberse inclinado hacia ella y probarla. Pon el conejo sobre una tabla … -¿Quién demonios te crees? âNo me impresiona en absoluto.â âLo principal es la seguridad, no el lujo.â Maksim la dejó con cuidado en el suelo. Es enorme.â La oferta envió un cosquilleo de emoción a su espina dorsal. La morena dio un paso adelante y se subió a una silla. -Hola, cariño. El portero me ha dicho que podÃa subir. Erik no se llevó a nadie con él. Sin la operación, su madre morirÃa, y Ella no iba a dejar que aquello ocurriera. -Yo no me preocuparÃa.- Erik retiró la mano y se reclinó en su silla. -¿Le has pasado las imágenes a alguien?- preguntó con tranquilidad. Su polla respondió elevándose y Ella la envolvió con sus manos. ¿Tienes el coche en la parte trasera? Era muy distinta a las mujeres que normalmente le atraÃan, quienes solÃan tener gran notoriedad y muchÃsimo dinero, asà como demasiado tiempo entre manos. -Ella, me gustarÃa ayudarte- dijo Erik.- ¿Puedo? Se quedó estupefacto al verlos. Pero aparte de eso, todo va genial. -Fuera. -Lo has hecho a propósito- se quejó Ella. -Aunque eso fuera cierto, es un poco tarde, querida. En el asiento del pasajero, Ella se inclinó hacia adelante y apoyó la cabeza en las rodillas. Volveré más tarde. Erik giró a la izquierda. ¿Dónde está mi padre? -Soy una profesional en lo que respecta a noches largas. Envolviendo los brazos alrededor de su cuerpo, Ella enterró su rostro en el hueco de su cuello y abrió la boca para succionar su piel. -Desde el momento en que te vi en el hospital, supe que eras buena. Ella querÃa evitarse más problemas, por lo que bajó la mirada y siguió caminando. -SÃ, Señor. Quita de en medio, Neanderthal.â Maksim no habÃa conocido en su vida a una mujer más maleducada. Se estiró lánguidamente en su cama, adorando el tacto de las sábanas de algodón contra su piel enrojecida. -No son cabinas de strippers, cariño, y en estos momentos son nuestro único método de escape.- Tras abrir bruscamente una de las puertas, ambos entraron. La única razón por la que fui fue porque tenÃa una beca. Le habÃan servido bebida tras bebida, pero él se habÃa tomado tres y tirado el resto, haciendo todo lo posible por mantener el control. Es muy inusual que alguien se ofrezca para este tipo de trasplantes. *:focus:not(:focus-visible) { Krupin y Volklov eran miembros de sangre de la familia y Maksim pensó que los habÃan neutralizado. A mà no me gustan, pero está claro que a él le funciona. -No tengo hambre- dijo Ella, pero Dina entró sin escucharla. ¿Qué quieres? TenÃa mucha razón cuando me sugirió que te contratara. Pero necesitas comer. CapÃtulo Once Nika nunca habrÃa pensado que podrÃa emocionarse al volver a entrar en la floristerÃa de su padre. Sus jadeos de placer aumentaron su audacia. No pareces el tipo de mujer que se enerva con facilidad.- Cruzó la habitación y abrió un cajón del aparador. Sólo trataba de protegerte. -¿Llevas mucho tiempo en California? Estaban más que interesados. Sólo era un suicidio si no tenÃa un plan. Y cuando bajó la cremallera de sus pantalones y liberó su polla, sólo pensaba en que necesitaba estar dentro de ella. Abrió la puerta en cuanto Maksim aparcó el deportivo. Tú eres un poco más alto, por lo que podrÃa apuntar a su corazón y tú sobrevivirÃas. Ella no sentÃa miedo. Esperaba que no les estuviera mandando buscarla a ella. -¿Hombres poderosos?- Ella sacudió la cabeza y se volvió hacia la ventana. Pellizcándose el puente de la nariz, se dio cuenta de algo. â¡Maksim!â dijo con respiración entrecortada. A las enfermeras no les hizo mucha gracia, pero nadie la echó. Entendido. Nika emitió un gruñido, sintiéndose como un animal salvaje enjaulado. -¿Buenos clientes?- preguntó Erik en tono casual. â¿Por qué?â âHazlo, por favor.â Emitió un gruñido que no sonó cooperativo en absoluto, pero se sacó la camiseta por la cabeza. Ãste vio unas imágenes tomadas con sus cámaras de vigilancia. Salva a Erik. -¿Tengo que meter las esquinas por dentro? Tras cerrar la puerta de golpe, se apoyó contra ella y cerró los ojos. -Siéntate. Ella lo deseaba. Horrorizada, colocó un pie en su pecho. -Ella, no te enfades. -Necesito más control- murmuró ella, moviéndose lentamente sobre él. Lo primero que habÃa hecho cuando llegó de Rusia, fue familiarizarse con el territorio de Yashin. TenÃa que apartar a Ella de la mente y concentrarse en su trabajo. Era obvio que Dina habÃa querido que Ella viese a Valeria, lo que significaba que sospechaba que Ella sentÃa algo por él. La miraba como si fuera la única mujer en la tierra. Estaba revisando los e-mails de su familia en Rusia cuando Ella entró. -Tengo la sensación de que a ti te harÃan falta años para cambiar a mejor. Tal vez si Katrina no hubiera estado allÃ, Maksim y ella podrÃan haberles dado su merecido. ¿Adicciones? -Mi madre trabajó para él y para su padre prácticamente durante toda su vida, y yo crecà en su casa. Caroline, la secretaria de su jefe, estaba de pie en la apertura de su cubÃculo. La tristeza amenazó con desbordarle, pero se centró solamente en su ira. Tengo que hablar con ella. Me darÃa el placer de verte sufrir. CapÃtulo Siete Cuando sonó el despertador, Ella estiró el brazo para coger el móvil. Dime, Ella, ¿cuánto tiempo llevas trabajando para el Sr. Chesnovak? -Quiero verla- dijo de repente Valeria. Antes de que pudiera moverse, le introdujo un dedo bruscamente. Quiero mostrarles lo que tengo previsto para este lugar. Muy tÃpico.- Ella comenzó a arreglar las ropas de la cama de su madre. Enojado, Erik se pasó el pulgar por el labio inferior. Antes de que él pudiera responder, salió del cuarto de baño dando un portazo. Yo sólo vengo cuando puedo a darte un beso en la frente. Pero su aventura con Maksim habÃa sido excitante. âQueremos empezar de cero, Katrina. La inundó un sentimiento de esperanza y tomó sus manos entre las suyas. Será un placer verte caer de boca.â â¿Te he hecho algo, Nika?â Las palabras salieron de sus labios antes de que Maksim pudiera contenerlas. El hombre habÃa enfrentado a los dos niños desde su infancia. Las puertas del ascensor se abrieron y le evitaron tener que responder. âSeguro que se puede obtener de forma legal. ¿Tres coches para ocho hombres armados? Deja que se relaje. -Por supuesto que la tendrás. Denis tenÃa órdenes de obtener información de los policÃas que lo habÃan estado acosando. -Leonid era un idiota- prorrumpió Valeria. Maksim Petrov era su enemigo. -Lo es cuando se trata de ti. Cada paso que daba Maksim acercaba más a Nika a su pecho. -Qué descaro- musitó, abriendo la puerta de golpe. Ella sonrió. Ella no dijo nada más. El sudor resbalaba por su columna y mojaba su pelo. Y los demás tenemos que aguantarnos y pasar página.â Se frotó los ojos y Maksim se dio cuenta de que estaba llorando. Tras coger una pistola de un pequeño alijo escondido en uno de los armarios, comprobó el cargador antes de colocársela en el bolsillo trasero. Era algo bueno, ¿no? ¿O se ha convencido de ello durante todos estos años?â Denis parecÃa confuso. Si habÃa una persona con la que no querÃa volver a hablar, era ella. Se acomodó en la terraza de un lujoso restaurante y agitó su vodka. Estaba en forma, sonriente y enamorada. Nos iremos al helipuerto en menos de una hora.â â¿Y qué pasa conmigo?â Nika parecÃa molesta. Moviéndose lo más lento que pudo, se puso en pie. -Te lo diré cuando llegue el momento. âEs por eso que te llamo. Tomaron un camino serpenteante. Sin tan siquiera mirar a Erik, se dirigió al ascensor. -¿No has dormido bien? Las investigaciones concluyeron que una de las posturas más peligrosas a la hora de mantener relaciones sexuales, era en la cual la mujer está encima del hombre. âTenemos que ayudarle,â insistió Nika. Ãl levantó una ceja. No iba a dejar que aquello la asustara. -¿Cuánto falta para la operación? â¡SÃ!â â¿Quieres meter tu polla grande y gruesa en mi coño caliente?â Sus palabras obscenas multiplicaban su erotismo. Ve contenido popular de los siguientes autores: Quiropráctico … -Qué sorpresa. Era su mujer y no cesaba de maravillarse cada vez que la marcaba como suya. Sonrojándose, Ella retiró la mano. -No tienes ni idea de lo que hace Erik, ¿verdad? HabÃa dormido varias horas, por lo que se podrÃa haber marchado hacÃa tiempo. Una enfermedad que pudiera estar relacionada a los chasquidos es la denominada Enfermedad de La Peyronie, la cual se caracteriza por la presencia de una placa o fibrosis en la túnica albugínea. Eran pálidas y distantes, pero aún asà podÃa verlas. âEs la casa franca de Ivan,â le explicó Katrina. âAquà y ahora.â Ella le lanzó una sonrisa coqueta por encima del hombro. La primera era que uno de sus propios hombres le habÃa disparado para ascender dentro de la organización. Maksim no hizo nada de eso. HabÃan admitido a Katrina en ese mundo. Alguien está vigilando la zona. Yo, en cambio, jamás he forzado a una mujer. Le asió la verga y el inhaló bruscamente. TenÃa muchÃsimo dinero y, seguramente, en el club estarÃa siempre rodeado de mujeres hermosas. Justo cuando llegaban al final de las escaleras, se abrió la puerta principal y entró Valeria, que sonrió con frialdad y les apuntó con un arma. -Erik- respondió él con una sonrisa, a la vez que se ponÃa en pie. Tras tomarse el café, sacudió la cabeza y se puso en pie. Erik hizo un gesto a su guarda para que la dejara pasar. Nada de aquello parecÃa oficial. Si estás en el campo, puedes usar un palo filoso o una piedra para abrir al conejo. -Voy a morir en esta sala- murmuró ella, mirando a su alrededor. Dos policÃas lo empujaron al suelo boca abajo. Mueve el culo. Es importante ir al hospital o consultar al médico si el dolor en el cuello no se alivia en 3 días, si el dolor es muy intenso o si presenta otros síntomas como fiebre, vómitos o mareos porque estos pueden ser síntomas de enfermedades como meningitis o migraña, por ejemplo. En serio. Heather frunció el ceño. No sé dónde está mi hermana.â â¡No mientas!â Reynolds le tiró tan fuerte del pelo hacia atrás que sintió que se le iba a romper la columna. Se habÃa dejado seducir por el dinero, y ahora estaba metida en aquello hasta el cuello. Era simple, ¿no? Erik la miró con cautela. Una vez tipificado el tejido, se realiza una detección de anticuerpos. -Más vale que sea un sÃ, porque no te voy a dejar machar otra vez. } -Eso no es lo más romántico que me han dicho- le espetó. La puerta se abrió y un hombre alto de pelo gris le hizo señas a Reynolds y a Krupin. Tras encontrar sus labios, se abrió a él y olvidó todas sus preocupaciones. No me estás explicando nada. -Vas a tener que quedarte al menos en ropa interior. -Quiero a todo el mundo en el conservatorio, ahora- ordenó al guarda más cercano. Aún se enfurecÃa al recordar la expresión de miedo y pánico en su rostro mientras sostenÃa el arma. Respira- murmuró Erik en su oÃdo. Incluso si Leonid estaba trabajando a sus espaldas, la única persona que deberÃa haber derramado su sangre era el propio Erik. Pero eso ya no importaba. Aquel era lugar para boxeadores y luchadores. Recelosa, tomó el cheque y le dio la vuelta. Nika comenzó a moverse contra él. ¿Diez minutos? Aquellas piernas no le ponÃan. -Darme una respuesta. -Contrariamente a lo que podrÃas pensar, no soy tu enemigo. Y ellos no tenÃan la menor idea. Ella se aclaró la garganta y le miró. Volvió su atención al cuello de Nika, chupando suavemente su piel hasta que se retorció. Ella se quedó helada y casi dejó caer el sándwich. Ãl perdÃa interés. Sólo estaban disponibles las mesas más próximas a las tres principales pistas de baile. Dos disparos, y ambos hombres armados cayeron al suelo. Y haré cualquier cosa para satisfacerte.- Se inclinó hacia adelante y le lamió la oreja. -TenÃa que intentarlo.- Levantó una mano y le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. A Maksim no le importaba su reacción, dejaba la mafiya. -Te espero aquÃ. Esa es tu especialidad, no la mÃa. Quiero que te vean los paramédicos cuando lleguen. Llevé a cabo mi cometido. -Para el dinero que gasta en joyas, bolsos y zapatos, mi esposa es muy permisiva- bromeó Granger. Tengo a unas mujeres deliciosas en nómina, y apostadores millonarios dispuestos a perder dinero. Eso deberÃa animar nuestra vida amorosa. Una parte de ella se preguntó con preocupación si le cabrÃa dentro entera. Katrina ha sido siempre la hija perfecta. Con "esto", se referÃa a él. Tras abrir la puerta de la minúscula oficina, volvió a agarrar su mano y la condujo hasta unos coches aparcados fuera. No se le daban muy bien los estudios, ni querÃa ser florista, pero eso no significaba que no tuviera ningún valor. Eso me gusta, pero quiero que te lo pienses bien. -Alguien acaba de disparar a uno de mis hombres. -¡Eh! Abrió la cremallera de un bolsillo y sacó un rollo de fiso. Ella se agachó y recogió la toalla del suelo. âNo voy armado, ¿sabes? No sabes lo preciosa que estás en este momento. Por el dinero que me vas a pagar, haré el de veinte. Ãl sonrió. No fue delicado. La cazuela comenzó a hervir y Ella se liberó de su agarre para bajar el fuego. -Ten cuidado, hijo. Vuestro sistema de salud es horrible, y estoy seguro de que muchos estadounidenses tienen enormes deudas. -Erik, gracias por el sándwich, pero me tengo que ir. -Chesnovak, me parece que no has sido honesto en cuanto al tiempo que ibas a tardar en llegar. Soy Ella, aunque supongo que ya lo sabes. âComo no me bajes, voy a vomitar sobre tu espalda.â El sonido que emitió Maksim mostraba claramente lo enfadado que estaba. Comenzaron a sudarle las manos y sintió náuseas. -¿Qué puede haber tan valioso en el club? Si huyo, ni siquiera sabrás la información que necesitas.â Maksim se adentró un poco más en la habitación, tenso a la espera del disparo que podrÃa sonar en cualquier momento. Ella, no te contraté como juguete sexual. -Por supuesto. No sólo porque no tuviera tiempo. Ella miró el reloj. En este caso el traumatismo debería ser frecuente, y algunos autores han evidenciado esto en pacientes con la enfermedad. Nika querÃa creer que aún existÃan personas asà en el departamento de policÃa de Hollywood. -Ten cuidado con tus acusaciones, Yashin. Ella sintió una opresión en la garganta. Su cuerpo respondió casi al instante. -¿Vas a ir a la cárcel? La noticia de la muerte de Leonid no llegó a oÃdos de las autoridades, y cuando Erik se aproximó, Matvei montaba guardia junto al cuerpo. Mientras los hombres salÃan de la sala, Erik acabó su bebida con satisfacción. âLo siento, Nika.â â¿Qué?â âHe dicho que lo siento.â SabÃa que debÃa continuar. -Simplemente, no. âAbsolución,â susurró él. Si quieres romanticismo, no soy el hombre adecuado. Copyright 2016 Bella Rose. -Sólo tuve que llamar a la puerta, contarle el cuento de que iba a verte, y me dejó entrar. Por suerte para los Petrov, Ivan habÃa estudiado contabilidad en la universidad y habÃa sido el contable de la familia bajo el liderazgo de su padre. -No me debes ninguna disculpa. Eso está bien, ¿no? Pero cuando el deportivo negro de Maksim aparcó frente a la casa de la playa, a unos pasos del mar, Nika no pudo evitar sentirse cautivada por la belleza del lugar. Ha prometido respetar mis deseos y no expandirse más en mi ciudad. Fue corriendo a la puerta de la tienda, pero no vio ninguna amenaza inmediata. â¿Nika?â âLárgate.â DeberÃa haber sabido que Maksim Petrov no se limitarÃa a desaparecer solo porque se lo hubiera ordenado. Erik no sabÃa cuánto pagaba Yashin a sus hombres, pero estaba claro que el sueldo no incluÃa cuidados dentales. Musculoso. Y Erik odiaba a Yashin. Aquellos hombres probablemente habÃan trabajado juntos durante años. Sintió la fuerza en su interior, la vitalidad patente en los latidos de su corazón. Lo más probable era que su padre ya supiera la respuesta a aquella pregunta. No quiero estar cerca de ti- dijo Ella, con voz temblorosa. Dejaste que los demás hicieran el trabajo sucio. SabÃa que estaba desnudo, y querÃa tocarle con desesperación, pero sus muñecas seguÃan inmóviles bajo sus manos. Valiéndose de su corpulencia, empujó a Katrina al almacén de suministros. Ãl la ayudó, en contra de la polÃtica de la empresa. -Parece que lo único que puedo hacer es pasta con salsa marinara. La azafata sonrió alegremente. -Entonces, cuando salgas del trabajo. Se estaba ofreciendo para pagar la operación de su madre, y no implicaba nada ilegal. Pero no estaba dispuesta a hacer todo el camino de regreso hasta su apartamento. 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